Hace un año nos confinaban sin poder salir de casa y esta fecha un año después hemos querido aprovechar que hacía muy bueno para irnos al campo. Busqué en internet una ruta dentro de la provincia que fuera fácil para hacerla con niños y varias fueron las recomendaciones que encontré sobre esta ruta y como hay que comprobar las cosas por uno mismo, ahí que nos lanzamos a hacerla. Os cuento nuestra experiencia.
Nosotros la hemos hecho con dos niños de 10 y 4 años,
elegimos hacer la ruta circular que sale desde el pueblo de Olivares, pasas por
Moclín y terminas en el punto de partida. Si volviera a hacer esta ruta, os
digo que no haría la circular. Tardamos 4 horas en hacerla, pero porque nos parábamos
a tomar un bocadillo, ver el rio desde cerca o descansar en la sombra. Para
hacerla con niños, nos pareció algo dura. Pero empecemos desde el principio.
En Olivares aparcamos el coche en una explanada bastante grande, allí verás unas señalizaciones para hacer la ruta.
El principio del camino es bastante llano y cómodo de hacer, te encuentras carteles con información de la flora y la fauna del lugar.
Si te quieres detener a la orilla del rio, podrás
hacerlo y jugar un rato con los niños. Las vistas son espectaculares, lleno de
verde y cascadas.
El primer punto de la ruta es la fuente de la Buena Ventura, para nosotros fue emocionante llegar.
Lo siguiente es el puente de la fabrica de la luz y a partir de aquí el camino se complica con cuestas un poco mas empinadas.
Pasar por el puente colgante y la pasarela, muy bien conservados, es algo espectacular, por la inmensas cascadas y las vistas tan bonitas. En el mirador de Tozar podrás hacerte unas fotos chulísimas.
Continuamos andando hasta llegar a la fuente de la Corcuela. Había tanta gente que parecía la M30,si tienes suerte, encontrarás mesas de picnic. Nosotros decidimos andar un poco y comer bajo la sombra de un olivo. Si me preguntan, yo terminaría aquí la ruta y regresaría por el camino ya andado. Como no lo sabíamos, continuamos la ruta, pero a partir de este punto, sufriríamos el camino.
Como os he dicho antes, aquí empieza un camino larguísimo cuesta arriba y bastante duro. El paisaje tampoco nos gustó mucho, no disfrutamos nada este tramo. Pero por fin llegamos al pueblo de Moclín. Nosotros quisimos dejar para otro momento visitar el pueblo y pensando que lo duro del camino había terminado, continuamos la ruta hacia Olivares, pero lo cierto es que aquí empezaban las cuestas hacia abajo, que como no tuvieras cuidado, terminabas rodando por los suelos, algún resbalón nos pegamos. Hay un cartel donde dice que el Ayuntamiento de Moclín no se hace responsable de lo que te pueda pasar durante el camino, así que imagina la bajada. Claro, que la gente que hacia la subida tampoco tenía mejor cara.
La ermita de la Virgen de las Angustias estaba abierta y es
recomendable de ver, puedes hacer paradas en los miradores que te encuentras
por el camino y si has llegado sin hacer la croqueta al merendero de
Olivares… ¡Felicidades!, has terminado la Ruta del Gollizno. Aquí encontrarás una
fuente de agua bien fresquita y mesas para hacer el picnic. Unos metros más adelante
vimos el coche y nos hizo tanta ilusión como cuando te pierdes en el parking
del centro comercial y terminas encontrando tu coche.
Como somos así de masocas, decidimos no irnos sin ver el
pueblo de Moclín, pero esta vez en coche, que tampoco somos tontos.
El castillo estaba cerrado así que lo dejaremos para otra visita, pero después de perdernos y acabar subiendo otra cuesta infernal para buscar las trincheras de la guerra civil, mereció la pena verlas.